Bueno pues después de un tiempo de aletargamiento he vuelto a la carga en el blog, tras estas semanas en el mundo del ensayo y del error vuelvo dispuesto a actualizar con los dos últimos conciertos que aún me quedan, los grandes Delinquentes y los enérgicos Ofunkillo.
Empecemos pues con los garrapateros:
Delinquentes
Como cada día de trabajo me presente al local con mis horitas de antelación para ver lo que me esperaba en cuanto a luces y los pies de micro… mi gozo en un pozo al ver como poco a poco fueron colocando el escenario que se basaba en una serie de sillas colocadas en semicírculo y una mesita en medio, hasta aquí todo genial pero como es lógico en un grupo como Delinquentes… cada silla con su pie de micro, resultado: Una escenografía genial pero el peor sitio para trabajar con flash si no quieres tener sombras por todos lados y caras tapadas por un palo negro.
Pasado un rato llegaron los chicos y las presentaciones de rigor seguidas de la prueba de una prueba de sonido excelente y para los camerinos a descansar unas horitas.
Tremenda sorpresa la mía al pasar al interior y toparme con un catering más surrealista que me podía imaginar en un concierto, una buena paletilla de jamón con su jamonero, un buen queso y 6 botellas de vino, chapó a estos chicos nada más que por esto, así da gusto estar en un camerino joder¡¡
Un lujazo compartir un par de horas de camerinos con estos chicos (seriamos como unos 10 en camerino) un par de horas de risas sin parar y donde no creo que hubiese más de un minuto de silencio que no se cortase con unas buenas palmas y unos acordes seguidos de alguien cantando alguna canción y ocasionalmente de algún baile. Realmente digo que es una de las pocas veces que me lo pase mejor en el pre-concierto que en el mismo concierto.
Toque de corneta y todos al escenario a actuar, yo corriendo a mi foso como siempre y a intentar hacer todo lo que pueda. Un concierto cargado de energía, con un sonido increíble y raudales de energía desprendida por el gran Tomasito en sus bailes. Toques gamberros y risas con los garrapateros como va siendo ya característico de ellos y clásicos de su carrera interpretados con ese sonido inconfundible. Un concierto en el que el público se entrego y fue correspondido.
Tras la actuación vuelta al camerino y unas birritas antes de que dejasen pasar a los fans, momento en el que como suelo hacer acabo pirándome agobiado con tanta gente. Intercambio de teléfonos y emails y hasta el próximo concierto que espero sea pronto.
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